Ensayo sobre la experiencia fotográfica
- Paula del Carmen Izquierdo Rodríguez
- 15 nov 2024
- 4 Min. de lectura
La fotografía ofrece una oportunidad extraordinaria de explorar el mundo que nos rodea, de mirarlo con otros ojos, de sentirlo y de plasmarlo, porque no solo se trata de capturar una imagen, se trata de capturar historias, emociones, y detalles únicos. A través de la lente de una cámara, cada pequeño fragmento de realidad se convierte en una narrativa en sí misma. Es como si se abriera una ventana hacia nuevas perspectivas.
Las experiencias vividas en esta asignatura me permiten a día de hoy tener una actitud más seria, artística y respetuosa hacia la fotografía. Me han permitido verla, no solo como un medio para crear imágenes, sino como una herramienta que me enseña a ver, a detenerme y a apreciar la belleza en lo cotidiano.
Con la fotografía urbana tuve que mirar el mundo con curiosidad y sin prejuicios. Me di cuenta de que la ciudad está llena de detalles que pasan desapercibidos, esperando ser descubiertos y compartidos. La realización de esta práctica, desde un enfoque pedagógico, permite mirar la ciudad con la intención de explorar y expresar cómo son sus estructuras, su gente, su ritmo, sus rincones… Permite ver más allá. Para ello, hay que aprender a mirar. Además, esta forma de fotografía es una manera de conectar con el entorno, de entender cómo se integran los diferentes elementos en él. Sobre lo de aprender a mirar, me refiero a que no solo se mira a través de los ojos, también, por muy cursi que parezca, podemos mirar con los demás sentidos. Este proceso de mirar con todos los sentidos implica estar presente, observar atentamente, buscar algo poético en lo real y detenerse en los pequeños detalles. Si conseguimos esto, abrimos muchas puertas a la imaginación y a la creatividad, que pueden favorecer significativamente nuestro proceso de aprendizaje y la realización como personas.
En cuanto al retrato, me di cuenta de que no se trata de capturar la apariencia de alguien, sino su esencia. A través de un retrato podemos ver la esencia de una persona, sus emociones e incluso un poco de su historia. Un buen retrato es una ventana a la intimidad de una persona, se puede llegar a percibir la personalidad y el estado de ánimo, o simplemente imaginarlo. Sobre lo pedagógico de esta cuestión, cuando enseñas a alguien a realizar un retrato, le estás enseñando, en parte, a ver a los demás con respeto y empatía, entendiendo que cada individuo tiene una historia única y valiosa que merece ser contada. Cuando se realiza un retrato, ambas partes tienen que contribuir al resultado, tanto el artista como el modelo. El artista tiene que ser capaz de capturar esa esencia de la que hablo, pero el modelo ha de mostrarse tal y como es, con el alma desnuda ante la cámara. Se podría decir entonces que un retrato exitoso nace de la conexión entre ambas partes.
La fotografía puede ser una muy buena herramienta de observación, de análisis y de comprensión y un medio para conectar con las personas y el entorno de manera profunda. Además, esta puede contribuir a desarrollar habilidades como la empatía y la paciencia. Para capturar la esencia de una persona hace falta empatía, ponerse en el lugar del modelo, tratar de comprenderlo y guiarlo con respeto y sensibilidad para que se sienta cómodo y que muestre su naturaleza. También se necesita paciencia, la capacidad de esperar el momento adecuado para capturar una buena imagen.
Otra cosa que me gustaría destacar es la importancia que la elección del vestuario tiene en una fotografía (yo la desconocía) El vestuario ayuda a definir una foto, ya sea realzando la personalidad del sujeto o evocando algo que queramos transmitir, puede influir en la narrativa y en la manera que tiene el espectador de interpretar una imagen. Con esto se puede jugar de muchas maneras, sobre todo con los niños, invitándolos a probar diferentes vestimentas para estimular su creatividad, permitirles explorar su identidad, incluso rompiendo estereotipos, y ayudarles a entender el poder de la narrativa de una imagen.
Realizar una fotografía puede pasar de ser un acto técnico a convertirse en una experiencia significativa y enriquecedora que nos brinda una gran oportunidad de expresión. Es un arte que nos permite ver más allá de lo superficial. Además, podemos utilizarla como medio para ayudar a desarrollar habilidades de observación, análisis, creatividad y expresión artística.
Para concluir, me gustaría mencionar, en especial, la experiencia que yo he tenido con la fotografía, y es que no solo me ha dado la oportunidad de desarrollar mejor las habilidades anteriormente dichas, yo diría que lo más importante es la capacidad que se ha de tener para conectar con nuestros compañeros y el entorno, es por eso por lo que creo que esas mismas habilidades y sensaciones en los niños pueden contribuir de manera muy significativa y positiva a su proceso educativo y como personas. La capacidad de ver más allá es muy importante en muchos aspectos de nuestra vida, nos ayuda a anticipar problemas, a planear con sabiduría, y a comprender profundamente el entorno y nuestras decisiones.
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